Meriendo algunas tardes:
no todas tienen pulpa comestible.
Si estoy junto a la mar
muerdo primero los acantilados,
luego las nubes cárdenas y el cielo
-escupo las gaviotas-,
y para postre dejo las bañistas
jugando a la pelota y despeinadas.
Si estoy en la ciudad
meriendo tarde a secas:
mastico lentamente los minutos
-tras haberles quitado las espinas-
y cuando se me acaban
me voy rumiendo sombras, rememorando el tiempo devorado
con un acre sabor a nada en la garganta.
Este ha sido siempre uno de mis poemas preferidos y aún no sé por qué. Quizá me transmita que la belleza de la poesía está en todo lo que nos rodea, hasta en una tarde a solas difícil de tragar, quizá porque sepa trasladar la sencillez de lo cotidiano a la poesía sin alaracas. Me gusta, me transmite y ya está.
Para que sepáis más sobre este poeta asturiano, os dejo un vídeo amenizado con una canción de Sabina compuesta en su memoria.
goruntulu show
ResponderEliminarücretli
SDRO